and architecture, hand made architecture

17 de enero de 2010

la torre de cristal


“Thin skin was in the air” G. Bunshaft.

Nueva York, 1952.
Comenzaba la dulce década de los cincuenta y el todavía desconocido Gordon Bunshaft, al mando de la firma SOM, sorprendía al mundo con un edificio exquisito e innovador. Valiente y pionero en la fructífera época que se apresuraba a comenzar.
La Lever House resultó ser una joya. Escueta y esbelta, propositiva y original, levantaba sus veinticuatro plantas con una ligereza y armonía nunca antes conseguida.
Su delicada implantación resolvía con habilidad la doble escala de la ciudad. El cuerpo anular de la base conseguía retrasar y ensalzar de manera enfática y asombrosa el nítido prisma vertical. Sin demasiada altura pero con mucha huella.
Se materializaba, al fin, el mítico sueño de la “torre de cristal”. Su más que liviana fachada, de un sofisticado verde azulado, magnética y evocadora, iba a ser el origen de toda una estirpe de torres por todo el mundo.

Sin ir más lejos, seis años más tarde, el rey Mies, justo en frente, levantaría su impactante Seagram. También retrasado con respecto a la calle, también con un innovador muro cortina.
Sin duda inolvidable, aunque probablemente no tan fino.

Desde aquel entonces, para muchos, menos es más.

Ciertamente sepultada por descontroladas moles, aún hoy se percibe su contundente fuerza y determinación. Una vez allí, ningún admirador del Seagram deja de volverse para contemplar su conmovedora elegancia, su heroico y limpio espíritu moderno.




---

No hay comentarios:

Publicar un comentario