and architecture, hand made architecture

25 de febrero de 2010

c-olores

Vamos cumpliendo años y vamos aprendiendo a ver algo más que lo evidente....
En el mundo de lo visual, en el mundo de la comunicación estratégica, y ahí incluyo por supuesto el mundo de la arquitectura y su representación, existen lugares comunes de expresión de intenciones. Y el color, la elección del color, es claramente uno de ellos.
Los colores huelen.
Saber qué colores transmiten mejor la esencia de lo que se presenta es algo así como dar con el traje adecuado. El traje o el disfraz...
Si conseguimos fijarnos atentamente, los colores nos pueden permitir adivinar muchas cuestiones relativas al caracter de lo que vemos. Y, claro está, utilizados con picardía nos pueden engañar a éste respecto.
A nadie se le ocurre actualmente decir nada en blanco y negro. Y ésto es debido a que saber decidir un color es mostrar, por encima del resto de atributos, el adjetivo subliminal de lo que se muestra.
Un pequeño gesto vale. Un toque de color es como un sutil aroma. No hace falta explicarlo. Nos traslada a un campo de entendimiento. A una memoria colectiva que nos pertenece porque es profundamente cultural.
Los arquitectos dibujamos y al hacerlo usamos el color. No para decir que lo que hacemos es de ese color sino para decir qué tipo de arquitectos somos, o simulamos ser....qué tipo de arquitectura hacemos, o mejor, qué tipo de resultado pretendemos proponer.
Mirese la arquitectura dibujada y quítese su color de representación....sin olor no hay gusto.

Definitivamente es una pena ser daltónico.



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